sábado, 30 de marzo de 2013

A veces, uno es un extranjero en su propia ciudad

Aunque soy de Málaga, llevo unos cuantos años que no vivo en la ciudad. Y aunque no estoy lejos, sí que estoy "desconectado". Eso me permite asistir a ella como un absoluto turista. Así que ayer, como si de un turista se tratara, fui a la ciudad a visitar el Museo Carmen Thyssen.

El Museo ocupa el Palacio de Villalón y algunos edificios anexos. Ha permitido revitalizar esta calle hermosísima y que recordaba bastante deteriorada (como todo el centro histórico malagueño, a decir verdad). Os pongo algunas fotos que tomé con el móvil desde su patio interior.

Planta baja
Primera planta
Vista de la Iglesia del Santísimo Cristo de la salud (s. XVI)
Vista de la Iglesia del Sagrado Corazón (s. XX)
La visita la hicimos, mi mujer y yo, con nuestro chico (la más pequeña se quedó con los abuelos). Era su primera visita a un museo, así que era más bien un experimento. Reconozco que supo estar a la altura de las circunstancias, y sólo se quejó un poco a partir de las 14:00 y por hambre. Pudimos disfrutar más de la parte de la colección Paisaje romántico y costumbrismo y Maestros antiguos. Para las demás partes de la colección tuvimos que acelerar el paso, aunque me llevé muy buen sabor de boca con la obra de Anglada Camarasa (autor que trataremos aparte, y que para mí ha sido un descubrimiento). Bendita ignorancia la mía...

Exposición temporal de Anglada Camarasa
Arabesco y seducción
Pero lo que más me impresionó fue la atención que mi chico le prestó a esta película de Lucien Nonguet y Ferdinand Zecca, conocida como Vida y Pasión de Jesucristo (1903). No era la primera vez que veía escenas de una película muda, pero no creía que iba a mostrar tanto interés durante todo el metraje (unos 44 minutos). Parece que se trataba del primer largometraje que usó secuencias coloreadas. Se trata de una serie de estampas de la vida de Jesucristo (la versión original tenía 18, pero se le fueron agregando otras hasta la versión definitiva de 1905, que incluye 31 estampas). Esta película fue utilizada por los misioneros de África y Asia durante muchos años, y utiliza todo el potencial técnico de la época y logra resultados sorprendentes (el coloreado, la escena de Jesús caminando sobre las aguas, la ascensión, etc.).



CATEGORÍAS: Cine, Arte, Pintura

miércoles, 27 de marzo de 2013

El violento mundo de Logorama

Aquel año (2009), Francia derrotó a España...

No, no estoy hablando de fútbol. No es una noticia de "rabiosa" actualidad. Se trata del Oscar que recibió Logorama, el cortometraje de tres realizadores franceses: François Alaux, Hervé de Crécy, Ludovic Houplain. Nos proponen un mundo de logos y marcas registradas, con malvados de serie B y gordinflones policías. Lo interesante de esta violenta animación no es lo que nos cuenta -un simple pretexto-, sino cómo lo cuenta. Y ese final abierto a la interpretación y el debate.

La "derrota" española vino de la mano de otra interesante realización, La dama y la muerte, una más que meritoria historia animada de Javier Recio Gracia y producida por mi paisano, Antonio Banderas. Representa una guerra abierta entre la Parca y la ciencia, que se sortean los despojos de una buena señora en el trance de su muerte.



Me gustan las dos historias. Creo que un empate hubiera sido un resultado más justo.

CATEGORÍAS: Cine, Animación

martes, 26 de marzo de 2013

Tin tin deo

Después de terminar con una colaboración para el amigo, un poco de jazz para terminar esta noche...

Uno de los temas, de los tantísimos, característicos de Dizzy Gillespie fue Tin Tin Deo. En esta grabación televisiva de 1988 aparece junto a David Sanborn, que años más tarde (en 2005) incluiría el tema como primera pista de su álbum Closer.



CATEGORÍAS: Música

domingo, 24 de marzo de 2013

Del baúl de los recuerdos

Andreas Embiricos
Tengo entre mis manos un ejemplar de la revista La pluma y el Tiempo, en cuyo segundo número (año 2000) publiqué la traducción directa del griego de un poema  de Andreas Embiricos. La revista tuvo una corta vida, y fue casi una continuación (aunque convivieron) de otra que se publicó anteriormente, Estigma, de la que fui coeditor. De esto, hace una eternidad y un día. Tiempos en los que creía en muchas cosas.

Por aquel entonces (creo que la cosa no ha cambiado mucho), la obra de Embiricos era bastante desconocida en España. Lo poco que se conocía de la poesía neohelénica, si exceptuamos el nombre de C. P. Cavafis, venía dado por el reconocimiento de la Academia Sueca a Yorgos Seferis y Odiseas Elitis.

Os voy a copiar la traducción del poema y la nota que añadí. Claro está, el formato papel incluía un excelente dibujo de mi amigo Daniel Rodríguez Vega y la versión original del poema en griego. Sabrán disculparme su ausencia.

ORIÓN
a Odiseas Elitis
La época indefinida con sus cigüeñas
Flotó en los témpanos de hielo y arrastra a poniente
Desnudos los cristales desnudas las golondrinas al sol
Y cantan al cruzarse en el descenso
Ráfaga de la tierra
Aljabas de la primavera
No van a la deriva los carámbanos sin una esperanza al menos
El calor de las voces contiene toda su importancia
Quilla del arrojo
Con las todopoderosas cigüeñas en el descenso
Las irisaciones polares renacen entre las nubes
Y de las sombras de ayer las traínas recogen los peces
Se abre y el cielo y revolotean los insectos
Es ésta la dosis de la aparición
Sin necesidad de que las gaviotas se oculten
En pie los marineros buscan el horizonte
Un arca ha aparecido en Ararat
Una nereida ofrece una rama de olivo
Muerde un anillo con sus dientes
Sus dedos tienen elocuencia
Su mensaje viene de lejos
Hemos esperado treinta años en los témpanos cruzarnos con la sirena
Al oírse entonces el silbato del buque de vapor
Y apareció la sirena en su sonrisa
Sin duda nos esperaba desde el amanecer
Cuando se precipitan las palabras llega la voz
Y las cigüeñas sobrevuelan en su luz
Oriente Oriente
Quilla del sol en el amanecer
Descenso de los témpanos
La bóveda de cada uno de nosotros se cubre de un plumaje rosado
Muchos de nosotros fuman pipas de coral negro
Otros chubuquíes de espuma de mar
Y el crujido de nuestro acercamiento
Recuerda el nombre de una ciudad antigua
Todos nosotros corremos para ver si apareció
Pues brilla el horizonte
Pues tanto se le parece.

NOTAS SOBRE EL AUTOR Y LA TRADUCCIÓN

Andreas Embiricos (1901-1975), nacido en Rumanía aunque de origen griego, es el gran provocador de la literatura neogriega. No goza en España de la aceptaicón de un Cavafis, ni mucho menos, pero tampoco de un Seferis o un Elitis, quizá por la sencilla razón de no haber obtenido la estatuilla de los Nobel, entre otras cosas. Su momento hubiera sido hace unos años, cuando el surrealismo gozaba de buena salud en las editoriales, pero entonces no había abundancia de traducciones directas del griego. 

Su obra plasma el espíritu surrealista más puro, fruto de sus abundantes lecturas de la obra de Freud y de sus investigaciones del psicoanálisis, así como de la práctica del automatismo psíquico puro que dio luz a su primer y escandaloso libro de poemas en prosa, Altos Hornos (1935), primera obra surrealista en su país. A éste siguió Tierra adentro (1945), que recogía los poemas escritos entre 1934 y 1937, al que pertenece el poema que presentamos, dedicado a Odiseas Elitis, con quien mantuvo una gran amistad cuyo puente tendió el Surrealismo, pero que reforzó por la correspondencia entre los dos geniales escritores. Elitis rememora la "tarde histórica" en que lo conoció, en que fue a visitarlo a su casa de la Avenida Vasílisi Sofía. Justo un día antes, Elitis había leído la noticia de que el poeta Andreas Embiricos daba una conferencia sobre Surrealismo, lo que le provocó un ataque de egoísmo infantil, según reconoce. Aquel hombre le había tomado la delantera. Y en la casa de Embiricos, la gran biblioteca de los surrealistas franceses, los cuadros de Ives Tanguy, de Max Ernst, de Óscar Domínguez. Y durante la conferencia, los nuevos conceptos que venían a barrer el panorama literario ateniense de los años treinta: escritura automática, el hasard objetiv, los collages, la crítica paranoica, el subconsciente y el inconsciente, etc.

En cuanto a la traducción, he optado por una transcripción más o menos literal. El poema ya ha sido traducido por J. A. Moreno Jurado, a mi juicio desafortunadamente. El texto describe un movimiento oriente-occidente que su traducción no respeta, además de imprecisiones y obviedades. Considero necesario, por tanto, esta transcripción literal sin menoscabo de la forma.

CATEGORÍAS: Literatura, Poesía, Traducciones

Poco que añadir

A la estupenda entrada que José Miguel Baeza le dedicó en su blog, sólo quería incidir en el recurrente de Konstantin Somov a los durmientes.

Primero, os instaría a visitar las tres entradas que le dedicó (publicaciones del 17, 18 y 19 de marzo de 2013), y cuyo descubrimiento me ha propiciado añadir el leitmotiv "marca de la casa". La obra de Somov (1869-1939) es ciertamente anacrónica, ya que apenas coqueteó con las vanguardias en auge de principios de siglo, y arrastraba un simbolismo decimonónico que no le ha impedido hacerse un hueco en el panorama artístico internacional. Encontraremos referencias al art nouveau, al romanticismo trasnochado, a lo onírico, a la sexualidad.

Sleeping Lady With the Devils, 1906
A Sleeping Woman, 1909
Slumbering Lady in Black Dress, 1909
Young Woman Asleep, 1909
Asleep On The Grass Young Woman, 1913
Sleeping Young Woman, 1922
Sleeping Young Woman in Park, 1922
Naked Young Man (B. Snezhkovsky), 1937

CATEGORÍAS: Arte, Pintura

sábado, 23 de marzo de 2013

Así debería ser...

Responsabilizo a los virus pululantes que hacen mella en mi hogar desde hace unos días, a la frágil resistencia de los cuerpos más infantes a su perniciosa influencia, al reposo turbado de la más pequeña de mi prole por la acometida cruel de sus nefastos síntomas.

Porque así debería ser...

Bambino che dorme
Bernardo Strozzi, 1ª mitad s. XVII

... no el desvelo ininterrumpido hasta las seis y media de la madrugada.

Hoy os traigo esta obra de Bernardo Strozzi, apodado Il Cappuccino. El barroquismo de Strozzi se nutre de la influencia de Caravaggio, pero aporta tonalidades más suaves, que iban a definir el estilo veneciano.

CATEGORÍAS: Arte, Pintura


jueves, 21 de marzo de 2013

Hace tiempo que ningún verso acude

Y ya iba tocando.

Hoy os traigo, como un lejano eco del tañido de las vanidades, una selección de "cuartetos" (del 101 al 107) del Robaiyyat, de Omar Jayyam, en versión española de Zara Behnam y Jesús Munárriz, a partir de la selección acreditada de Sadeq Hedayat. Son una pequeña muestra del pensamiento nihilista, hedonista y materialista del poeta persa (s. XI y XII).



QUE NADA ES

El cuerpo y su figura, oh necios, no son nada,
nada los nueve cielos, su bóveda estrellada;
tú, goza, que en el mundo degradado del ser
dependemos de un hálito, y éste tampoco es nada.


Mucho has visto del mundo y cuanto has visto es nada;
cuanto has dicho y oído en él, también es nada;
corriste hasta el confín del horizonte: nada;
furtivo te escondiste en casa: también nada.


Supón hecho a tu gusto el mundo; y al fin, ¿qué?
supón leído el libro de la vida; al fin, ¿qué?
supón que has realizado cien años tus deseos;
supón que te quedaras otros cien, y al fin, ¿qué?


Cabalgaba la tierra blanquinegra un bohemio,
ni musulmán, ni hereje, ni laico, ni pío,
sin razón ni verdad, sin principios ni asertos;
en ambos mundos, ¿quién se atreverá a otro tanto?


Nos asombra el constante girar del firmamento;
una linterna mágica nos servirá de ejemplo:
la lámpara es el sol, pantalla el universo,
y las constelaciones rodando en él, nosotros.


Ya que no es cuanto existe sino viento en la mano,
ya que hay en cuanto existe defectos y fracasos,
supón que cuanto no existe en el mundo, existe,
cree que cuanto existe en el mundo, no existe.


Mira, del mundo, yo ¿qué he conseguido? Nada.
Del total de la vida, ¿qué me ha quedado? Nada.
Soy la vela en la fiesta, nada soy si me apago;
soy la copa de Yam, nada soy si me quiebro.

CATEGORÍAS: Literatura, Poesía

miércoles, 20 de marzo de 2013

Los orígenes de la ciencia ficción

El comentario merecía un soporte visual. Creo que no os descubro nada nuevo con el cortometraje de Méliès, Viaje a la luna (1902) cuyo fotograma de la bala en el ojo de la luna ha quedado como icono mismo del cine. Quizás es menos conocido el remake de Segundo de Chomón, Excursión en la luna (1909), director al que ya le hemos dedicado unas páginas en este blog. Se trata de un calco de la obra de Méliès, pero coloreada y al que se le añadieron algunos detalles adicionales.

Pueden jugar al juego de las diferencias, si les parece...



Ha llovido mucho desde entonces, pero ¡cuánto le debemos a estos pioneros del cine! ¡Todo estaba por hacer! ¡Cuánto había por inventar!

CATEGORÍAS: Cine, Animación

martes, 19 de marzo de 2013

Una sinfonía tonta: The skeleton dance

Después de tantos días a base de una dieta de huesos, os dejo este divertido postre.

Disney realizó, durante la década de los 30, una serie de cortometrajes denominados Silly Symphonies. En sus inicios estos cortometrajes no fueron bien aceptados y tenían serios problemas para su distribución. No tenían un personaje "estrella", y la sombra del famoso ratón provocaba odiosas comparaciones. Con la única excepción de su episodio piloto, The skeleton dance (1929), dirigido por el propio Walt Disney. Las animaciones corrieron a cargo de Ub Iwerks y la música fue compuesta por Carl Stalling, que pasó a ser un clásico de los inicios de la factoría.


CATEGORÍAS: Animación, Cine

domingo, 17 de marzo de 2013

Vigencia de las vanidades

No quería zanjar este periplo por las vanitas  sin referirme a la revisión que algunos pintores modernos han dedicado a este género que, como hemos visto, alcanzó su auge en la pintura holandesa del s. XVII.

A estas alturas, avezados lectores, sabrán interpretar cómodamente estas obras de arte moderno.

Nature morte au crâne
(Paul Cezanne, 1895-1900)
Nature morte au crane de taureau
(Pablo Picasso, 1939)
Nature morte au crane et au pot 1 
(Pablo Picasso, 1943)
Nature morte au crane et au pot 2 
(Pablo Picasso, 1943)
Crâne, oursins et lampe sur une table
(Pablo Picasso, 1946)
Nature Morte, Crâne, Oursins et Oignon Aquatint
(Pablo Picasso, ca. 1955)

CATEGORÍAS: Arte, Pintura

sábado, 16 de marzo de 2013

La Vanitas de Hans Holbein el joven

En la serie de vanidades de ayer omití un título, por considerarlo obra cumbre del género, y al que quiero dedicarle una mayor atención. Jean de Dinteville y Georges de Selve, más conocido como Los embajadores (1533) es una obra de Hans Holbein el joven, al que nos referimos recientemente. Os pongo aquí la imagen, pero si lo preferís podemos disfrutarla con gran resolución aquí, pues forma parte del GoogleArtProject.

Los embajadores, 1533
Os dejo que vayáis pensando en el objeto que aparece en primer plano, un objeto que parece salirse del cuadro y que es conocido como "el hueso de sepia". Mientras tanto, veremos los demás detalles: la obra representa a dos embajadores que miran fijamente hacia el espectador del cuadro, están apoyados sobre un mueble sobre el que podemos reconocer fácilmente muchos símbolos de la vanitas, pero en este caso relacionados con las artes liberales: la aritmética, la geometría, la música y la astronomía. De hecho, los personajes sólo sirven de marco a la suntuosa estantería donde posan libros, una esfera celeste, relojes de sol, instrumentos musicales y un libro de salmos, un libro de aritmética, etc.

Además, los más avispados habrán notado también la presencia en la esquina superior izquierda la presencia de un crucifijo. Esto, unido al hueso de sepia sobre el que habréis estado reflexionando, conforman un complejo enigma.

Pues bien, el hueso de sepia es, en realidad, un cráneo. Y uno de los trampantojos más conocidos de la historia del arte. En este caso, podemos descifrarlo si colocáramos una cucharilla por su parte convexa. El resultado sería el siguiente:


Esta deformación recibe el nombre de anamorfosis, y es una técnica que no sólo se aplica en pintura. En este caso, el ángulo con el que debemos mirar al cráneo apuntaría directamente al crucifijo, por lo que ambas imágenes estarían relacionadas. Algunos críticos han apuntado a una evocación del calvario del Gólgota, colina donde fue crucificado Jesucristo. El nombre de esta montaña proviene de la forma de calavera que tenían las piedras en una de sus laderas. Su nombre en latín, calvariae locus, o en arameo, Golgotha, significan literalmente "lugar de la calavera". La tradición judía afirma, además, que en esta colina se enterró la calavera de Adán.


Os he preparado esta presentación con las vanitas que he recopilado hasta el momento. La música compuesta por Angelo Branduardi, vanità di vanità, procede de la película Sed buenos... si podéis (1984).

CATEGORÍAS: Arte, Pintura

viernes, 15 de marzo de 2013

Vanitas vanitatum omnia vanitas

Al extenso artículo de ayer, algo poco habitual aquí y que no quiero que sea norma, le añadiré hoy un pequeño apéndice. Las danzas de la muerte, o macabras, tenían una clara intención moralizante: No te preocupes por las cosas vanas de este mundo. Este principio, basado en el adagio bíblico Vanitas vanitatum, et omnia vanitas (Eclesiastés, 1:2) tiene su parangón artístico en el género del vanitas (conocido en español como vanidades, en inglés como still life, en alemán como stilleben).

En las vanidades, inutilidad de los placeres mundanos frente a la certeza de la muerte, se invita a compartir una visión pesimista de la vida. Este género se desarrolló mucho en la época barroca (especialmente en Holanda), y es precursora de los bodegones. Las vanidades, como representación de naturalezas muertas, mostrarán entre sus símbolos habituales, aquellos que mejor muestran la fragilidad de la existencia y su finitud: los cráneos (memento mori); los relojes (el paso inexorable del tiempo); símbolos de placeres mundanos como libros o instrumentos musicales; símbolos sobre lo efímero de la vida: una flor, una fruta madura; y demás objetos que acentúan la futilidad de las riquezas y posesiones.

Os invito a pasear por la galería:

Autorretrato con los símbolos de la Vanitas
(David Bailly, 1651)
Libros y un laúd sobre una mesa
(Jan Davidszoon de Heem, ca. 1628)
Vanitas
(Franciscus Gysbrechts, 2ª mitad del s. XVII)
Vanitas
(Harmen Steenwijck, ca. 1640)
Naturaleza muerta con cráneo y pluma de escribir
(Pieter Claesz, 1628)
Naturaleza muerta con un cráneo
(Philippe de Champaigne, ca. 1671)
Naturaleza muerta con langosta y copa de nautilo
(Jan Davidszoon de Heem, 1634)
Naturaleza muerta
(Juriaen van Streeck, ca. 1670)
Vanitas
(Pieter Claesz, 1630)
Vanitas
(Pieter Gerritsz van Roestraten, 1675)
Vanitas
(Simon Renard de Saint-André, ca. 1650)
Vanitas
(Jacob de Gheyn II, 1603)
Vanité
(Sébastien Bonnecroy, 1641)

CATEGORÍAS: Arte, Pintura

miércoles, 13 de marzo de 2013

Danzad, malditos

Me sirvo de este título (procedente de la novela de McCoy llevada al cine por Sydney Pollack) para continuar la danza macabra a la que nos hemos referido en alguna que otra ocasión.

Hoy voy a ser un poco más explicativo de lo habitual. La danza macabra se refiere a la representación literaria y artística de una danza en la que toman parte los vivos y los muertos. En muchas ocasiones, la parte de los muertos está representada por un solo personaje, la Muerte. Esta danza es alegórica, con un claro mensaje moral: la muerte nos llega a todos, da igual la clase social a la que pertenezcas. Y con una clara intención religiosa: preocúpate por tus asuntos del alma, y no por las cosas vanas de este mundo (vanitas).

La danza macabra tiene su origen en la Baja Edad Media (en torno al siglo XIII), procedente de Francia, y que pronto se propagó por toda la cristiandad. Al parecer, surgió a partir de la necesidad de representar  en forma de mímica las homilías sobre la muerte. De estas dramatizaciones del sermón se pasó a las representaciones gráficas: xilografías o pinturas murales como el de la Iglesia de la Santa Trinidad (Hrastovlje, Eslovenia).

Danza de la muerte (Janez iz Kastva y algunos de sus ayudantes, 1490)
Se cree que la primera pintura de esta danza se realizó en 1424, en el pórtico del cementerio de los Santos Inocentes (París), por un autor anónimo. Sin embargo, estos muros fueron demolidos en 1669, y no existe ninguna copia. Al parecer, estas pinturas fueron las que inspiraron a Guy Marchant para las ilustraciones de su danza macabra (1485), a las que ya nos habíamos referido aquí. Cada ilustración muestra a una pareja de "invitados" a la danza, uno proveniente del sector eclesiástico, y otro del seglar. En la obra de Marchant veremos que son los propios cadáveres de cada uno de los personajes los que invitan al "baile". Son los muertos, no la Muerte, quienes participan de tan macabra danza.

En 1538 se publicaron en Lyon las danzas de la muerte de Hans Holbein el joven (¿1497? - 1543), sin duda las más conocidas del género, cuyas ilustraciones inspiraron muchas otras que se fueron publicando posteriormente. Aquí los personajes ya no se presentan por parejas. La Muerte invita al baile, pero ella no danza. Cada página muestra una cita bíblica en latín, el grabado correspondiente a cada personaje y unos versos en francés debajo del dibujo.

Si comparamos el listado de personajes de ambos autores, también notaremos algunas diferencias. He elaborado una tabla comparativa para que podáis apreciarlas. Grosso modo, la lista de Holbein no abusa de tantos personajes religiosos e incluye también a mujeres. Esto puede deberse a que las influencias humanísticas de Erasmo ya se hacían eco en la ciudad de Basilea donde se realizaron los trabajos.


Podéis consultar toda la imaginería de la muerte accediendo al álbum (pinchad en la imagen). Los grabados de Marchant y Holbein aparecen sin los textos para que podáis fijaros mejor en los detalles.


CATEGORÍAS: Arte, Pintura, Grabado

martes, 12 de marzo de 2013

Tueste francés

En este tueste francés (se refiere al típico tostado del café, consistente en conseguir un grano muy oscuro y liberándolo de los aceites de su superficie), nada es lo que parece.

French Roast (2008) es un cortometraje dirigido por Fabrice O. Joubert, que fue nominado a los Oscar al mejor cortometraje animado en 2009.

Mantiene muy bien el pulso, concentrando la cámara en una sola escena, y sólo se desplaza con ligeros travelling hacia derecha (la toilette, la entrada) e izquierda (la barra del bar), además del excelente zoom inicial.

En este café parisino, el hombre de negocios habrá perdido su cartera; el delincuente será generoso; la ayuda vendrá de quien menos se espera. Harán falta muchos cafés para que el desdén inicial del protagonista se convierta en deuda eterna y, tal vez, en capacidad de recapacitar.


CATEGORÍAS: Cine, Animación

domingo, 10 de marzo de 2013

Dormirse escribiendo...

Fue lo que me pasó ayer. Morfeo me derrotó, brutalmente, mientras conversaba con mi amigo Carlos.

Así que hoy nos toca ración de durmientes.

La obra de Arturo Martini (1889-1947) se ha visto enturbiada por sus relaciones con el fascismo italiano. Preserva las formas clásicas, aunque con tímidas evoluciones hacia el modernismo.

El sueño, 1931
Más conocido por sus retratos, Frédéric Bazille (1841-1870) fue también uno de los principales sustentadores de algunos de los principales representantes del impresionismo francés, debido a su posición acomodada. Murió a la edad de 29 años durante la guerra franco-prusiana.

Reclining Nude, 1864
No es la primera vez que aparecen aquí las obras de Frank Duveneck (1848-1919), cuyas siestas fueron apreciadas por el amigo. Debido a su origen alemán y sus adscripción al catolicismo, este artista norteamericano no gozó de reconocimiento en los círculos artísticos más cercanos, aunque tras varias exposiciones en Boston, su obra fue ganando adeptos.

Reclining Nude, ca. 1890

Reclining Nude, 1892
A Antonio Berni (1905-1981) nos referimos precisamente hace unos días. En su obra, como dijimos de fuerte calado social, aparece una galería de personajes entre los que destaca Ramona Montiel. Junto a Juanito Laguna, representa a los sectores más bajos de la sociedad. El personaje de Ramona Montiel es una prostituta. Cantada por el tango, por naturaleza de buena condición, y envilecida por una sociedad que la menosprecia.

El sueño de Ramona, 1977
Por último, la obra de mi paisano, Pablo Picasso (1881-1973). El sueño, de estilo cubista, pertenece a la etapa surrealista del malagueño. Esta obra sufrió un accidente por parte de su propietario, el magnate de Las Vegas Steve Wynn, que le dio un codazo y le abrió un agujero al cuadro. Ese mismo día estaba prevista su venta al también coleccionista Steve Cohen, en la que hubiera sido la transacción de arte más cara de la historia (139 millones de dólares). Obviamente, la operación se canceló.

El sueño, 1932

Podéis acceder al álbum completo pinchando en la imagen.


CATEGORÍAS: Arte, Pintura, Escultura

viernes, 8 de marzo de 2013

Hedonismo troyano

Hedonism(y) Trojaner es el nombre de una curiosa escultura, realizada con resina y teclas de ordenador (unas dieciocho mil, alguno las habrá contado).



Basado en el arquetipo del caballo troyano mitológico al que tantas veces nos hemos referido ya, pero con una clara referencia a Internet. Se trata de una obra de Babis Panagiotidis (conocido como Babis Cloud, cuyos proyectos podéis visitar aquí).

Un caballo de Troya en la era de la tecnología. El hecho de que esta escultura esté asentada sobre una mecedora nos transmite una doble sensación: la del mecanismo que impediría al caballo avanzar. Pero al mismo tiempo, la idea de un juguete.

La referencia mitológica nos obliga a plantearnos: ¿Qué es Troya? ¿Cuál es el inexpugnable bastión que este caballo tecnológico pretende conquistar? Tal vez el caballo, atrapado en las propias redes sociales que lo encumbran, no pueda avanzar porque él se ha convertido en el enemigo. Internet se devora a sí mismo, incapaz de avanzar hacia el enemigo desaparecido que lo maneja.

La obra fue destruida por el propietario del garaje donde se almacenaba. Sin embargo, el artista ha manifestado su intención de reemplazarla por una segunda versión de esta obra.

CATEGORÍAS: Arte, Escultura

jueves, 7 de marzo de 2013

El reloj de sol y la muerte

A la luz del artículo publicado por los gourmets en su blog, os traigo un fotograma de esta película en la que aparece un reloj de sol.

El contrato del dibujante, 1982

Además de éste, la película de Greenaway reproducirá también en otro fotograma el cuadro del pintor barroco alemán Januarius Zick, Homenaje a Isaac Newton (1780). No he encontrado una copia en la red de calidad de dicho cuadro, así que pongo la captura de la película y un detalle del mismo, centrándose en el reloj de sol que aparece a la derecha.



CATEGORÍAS: Cine, Ciencia