martes, 13 de noviembre de 2012

Dos poemas de Marin Sorescu

A Marin Sorescu llegué, como casi todos, a través de aquel librito de Visor, en la versión del chileno Omar Lara. Es un libro que presté y perdí. La juventud de don Quijote, que así se llamaba aquella antología, era una colección de poemas sencillos, en apariencia, divertidos, pero de hondo sustrato. Recuerdo un par de ellos con especial ternura.


Manía de persecución

Tú me exprimes la lozanía
y yo creo que tú
me exprimes la lozanía.

Tú llevas a mi hijo
a la guerra
y yo creo que tú
llevas a mi hijo
a la guerra.

Tú me arrebatas los días
y yo creo que tú
me arrebatas
los días.


Simetría

Iba tranquilamente
Cuando de pronto, frente a mí
Surgieron dos caminos:
Uno a la derecha,
y el otro a la izquierda,
Según todas las reglas de la simetría.

Me quedé inmóvil,
Cerré los ojos,
Estiré los labios,
Tosí,
Y tomé por el de la derecha
(Exactamente el que no debía,
Como se comprobó más adelante).

Caminé por él como pude,
Está de más abundar en detalles.
Luego frente a mí se abrieron dos
Precipicios:
Uno a la derecha,
Otro a la izquierda.
Me lancé por el de la izquierda,
Sin pestañear, sin siquiera precipitarme,
Me lancé con todo por el de la izquierda,
El cual, ay, no era el sembrado con plumas.
A rastras seguí avanzando.
Me arrastré cuanto pude,
y de pronto, frente a mí
Se abrieron amplios dos caminos.
«¡Yo les enseñaré!» -me dije-
Y me empeñé otra vez por el de la izquierda,
Con hostilidad.
Equivocado, muy equivocado, el de la derecha era
El verdadero, el verdadero, como se dice, el gran camino.
Y en la primera encrucijada
Me consagré con todo mi ser
Al de la derecha. Y nuevamente
El otro fue el que debí tomar el otro...
Ahora están por terminarse mis provisiones,
El bastón de mis manos envejeció,
Ya no echa brotes
Para estar a su sombra
Cuando me embarga la desesperación.
Las piedras desgarraron mis tobillos,
Crujen y gruñen en mi contra,
Puesto que me he mantenido en una permanente
Equivocación.

Y he aquí que otra vez ante mí se abren
Dos cielos:
Uno a la derecha,
El otro a la izquierda.

(versión de Omar Lara)




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