Sin duda alguna, todos tenemos presente la obra maestra de Sandro Botticelli al hablar del glorioso momento del nacimiento de la diosa. Las referencias mitológicas y sus primeras representaciones pictóricas ya fueron explicadas aquí.
La obra usa la técnica de temple sobre lienzo y tiene grandes proporciones (287,5 cm. de ancho por 172,5 cm. de alto). Se conserva en la Galleria degli Uffizi, en Florencia (Italia). Se estima que su año de composición es de 1482 a 1484.
Representa, como hemos dicho, a la diosa Venus (Afrodita, en la mitología griega). Aunque Botticelli no pinta exactamente el nacimiento de Venus, más bien su llegada a una isla (cualesquiera de las que normalmente le son atribuidas: Citera o Chipre). Su antecedente pictórico, la obra de Apeles a la que nos referimos el otro día, seguramente fuera conocido en la sociedad florentina de la época a través de los poemas de Angelo Poliziano (Estancias, octavas 99 a 102). Para no extenderme más en este punto, recomiendo la lectura del artículo de Teresa Losada Liniers (Cuadernos de Filología Italiana, UCM, 1999), disponible en el siguiente enlace.
La otra influencia es la escultura conocida como Venus de Médici. La que probablemente conociera Botticelli es una copia en mármol del siglo I a.C., que actualmente se conserva también en la Galería Uffizi. La espontaneidad de la pose indica que ha sido "pillada" emergiendo del mar, idea que se refuerza con el delfín que está a sus pies.
La otra influencia es la escultura conocida como Venus de Médici. La que probablemente conociera Botticelli es una copia en mármol del siglo I a.C., que actualmente se conserva también en la Galería Uffizi. La espontaneidad de la pose indica que ha sido "pillada" emergiendo del mar, idea que se refuerza con el delfín que está a sus pies.
La Venus de Botticelli es, sin ninguna duda, una de las obras más conocidas de la pintura occidental. Los motivos son varios:
- Es una obra de madurez del artista, quien despliega una técnica deslumbrante en su composición, colorido y elección del motivo.
- Representa, a través de un relato mitológico, la aparición de la belleza en la Tierra. Es decir, deja atrás los contenidos religiosos característicos del Medioevo. Su gran formato es toda una declaración de intenciones en este sentido.
- Eva deja de ser la única mujer que iba a aparecer desnuda en un cuadro. En el caso de Eva, además, con connotaciones negativas, asociando su desnudez al pecado. La Venus es, en efecto, todo lo contrario: belleza armoniosa que se muestra con orgullo, aunque sí con pudor.
Además de Venus (sobre una concha, aunque el texto de Poliziano escribe "un nicho"), también podemos ver a su izquierda a Céfiro, el dios del viento del oeste (asociado a la primavera), que lleva en sus brazos a su hermana Cloris, a la que ha raptado. Esta escena explica la lluvia de flores que tiene lugar en el cuadro, pues Céfiro le había dado a Cloris el poder sobre las flores. Es el viento que empuja a Venus hacia la costa, en la que se encuentra una Hora, la ninfa de la Primavera (la primitiva Talo), encargada de adornar a Venus cuando ésta surgía del mar y convertirse, de alguna manera, en su protectora.
No quería terminar este post sin la reproducción de la Venus Anadiómena de Tiziano, una ejecución próxima en el tiempo (entre 1520 y 1525) a la de Botticelli, en la que aparece Venus escurriéndose el pelo, una imagen habitual de la diosa, que capta el preciso instante de su surgimiento de las aguas.
En: Arte
Tener enfrente "El nacimiento de Venus" te hace sentirte muy pequeño, y no por sus dimensiones. Buen análisis.
ResponderEliminarDesde luego, Manu. Gracias por tu visita ;)
EliminarEstupendo post y magnífica disertación sobre el tema, me quitaría el sombrero si lo llevara, saludos, comparto
ResponderEliminarMuchas gracias, Alfmega. La verdad es que he tenido que comprobar mucho para dar los datos, ya que internet está lleno de referencias erróneas.
EliminarSi y con la habilidad de hacerlo entretenido. Te felicito !
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Ana. Siempre tan amable ;)
EliminarEs otro cuadro que podemos apuntar a nuestra aventura de museos, asi de paso conocemos Florencia, un sitio maravilloso...
ResponderEliminarTe tomo la palabra. Esa bonoloto está tardando...
Eliminarespero que tu también juegues, así doblamos las oportunidades de viajar...
EliminarOk ;)
EliminarExcelente reseña!!! Gracias por toda esta información que desconocía. Una pena que no lo supiese cuando visité la galería Uffizi...
ResponderEliminarYo, al contrario, sé la información... ¡pero no he visitado la galería Uffizi! Sin duda, salgo perdiendo.
EliminarEs un cuadro espectacular, en un museo fantástico y en una ciudad impresionante y cautivadora
ResponderEliminarEnvidia me dais los que la habéis visto en directo.
EliminarFlorencia es de esos lugares en los que al llegar parece que ya has estado... Y con el Nacimiento de Venus, ocurre lo mismo, aunque de pronto te das cuenta que llevas allí parado media hora, asimilando y uniendo las piezas de aquello que estudiamos en la carrera. El tiempo se detiene.
ResponderEliminarSaludos!
Tienes razón con eso que dices. Hay sitios que una ha visitado tantas veces aunque no haya estado físicamente que cuando vas se tiene la sensación de un déjà-vu constante y maravilloso ;)
EliminarVisité Florencia con 17 años, y estaba para Apolos en esa época... tendré que regresar, no hay de otra. Es una excelente reseña Enrique, gracias por tus ventanas culturales. Saludos!
ResponderEliminarTú regresar, y yo ir por vez primera... Alguna ventaja me llevas ;)
EliminarParece un buen análisis Enrique.
ResponderEliminarEsta es una de las pocas obras que cuando estudiaba me impresionó positivamente. Lo recatada que se muestra a pesar de estar completamente desnuda siempre me resultó una paradoja muy curiosa. Saludos!!
Desnuda porque nació así, ya adulta. El pudor, me temo, es puro influjo cristiano.
EliminarEnfrentar el nacimiento de Venús de Botticelli es una experiencia maravillosa. Los describiste a la perfección, también me gusta Tiziano.
ResponderEliminarFlorencia es maravillosa, aunque debo reconocer que en un momento dado me aplasto con tantas cosas por ver y tanto por aprender, a veces resulta como desbordante.
Un abrazo.
Pues aunque eres médico, ahora vas a ser mi paciente: lo que tú padeciste es el síndrome de Stendhal ;)
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