Šílení ("Insania", también conocida por su título en inglés Lunacy, 2005) es el quinto largometraje del realizador checo Jan Švankmajer. Combina una línea narrativa más tradicional que en otras ocasiones, aunque nunca faltan las señas de identidad del autor: surrealismo, animación en stop-motion, comedia negra, provocación... y vísceras, muchas vísceras. No nos olvidemos que el "asco" es una de las categorías estéticas más identificativas del autor checo.
El protagonista de la historia es Jean Barlot, un joven que acaba de perder a su madre, que estaba ingresada en un manicomio. La locura también parece haber hecho mella en él: pasa la noche en una pensión donde, presa de pánico por una pesadilla, destrozará la habitación donde se hospeda. Sin embargo, un marqués (un fantástico Jan Triska, alter ego del Marqués de Sade) se hará cargo de los desperfectos que el joven ha causado en el inmueble, y lo invitará a continuar la ruta juntos. Barlot pasará la noche en el castillo del marqués: sus convicciones morales sufrirán, a partir de aquí, un fuerte shock.
Podríamos decir que el argumento de la película tiene dos partes bien diferenciadas, articulándose sutilmente sobre dos relatos de Edgar Allan Poe:
- El entierro prematuro ("The premature burial", 1844), para argumentar los trastornos sufridos por el Marqués, dándole una base psicológica a sus excentricidades más perversas.
- El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether ("The system of Dr. Tarr and Prof. Fether", 1845), que básicamente recrea en el sanatorio mental. Atención al juego que hará Švankmajer con los términos "tar"=alquitrán y "feather"=pluma.
Ahora, después de verla, volved a leer el prólogo. ¿No es una genialidad?
“Señoras y señores, La película que van a ver es una película de terror con toda la decadencia propia del género. No es una obra de arte. Hoy el arte está casi muerto, sustituido por el anuncio publicitario del rostro de Narciso reflejado en el espejo del agua. Puede ser entendida como un homenaje a Poe del que he tomado diversos motivos y al Marqués de Sade, al que la película debe la blasfemia y lo que tiene de subversivo. La película propone, en esencia, un debate ideológico sobre la gestión de un manicomio. En principio, hay dos maneras de hacerlo. Ambas son igualmente extremas. Una alienta la libertad absoluta; la otra, el método obsoleto y comprobado de vigilar y castigar. Pero hay un tercer método que combina y resume los peores aspectos de los dos primeros. Es el manicomio en el que todos vivimos hoy”.
En: Cine, Películas
Tiene una pinta buenísima!!! Me guardo el enlace para verla en casa tranquilamente.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que te va a gustar, Charly. Ya me dirás ;)
EliminarHe tenido que verla a intervalos pero una vez que empecé, no podía resistirme. ¡Caray con las terapias preventivas..!
ResponderEliminarSe me olvidó preguntarte si las escenas de carne y vísceras son un guiño particular del autor o tienen algún significado. Son originales y acompañadas siempre de la misma música le dan cierta continuidad pero se me escapa el simbolismo que puedan tener.
ResponderEliminarPues ambas cosas, Pilar:
Eliminar- La carne y las vísceras son una seña de identidad del autor, que las usa frecuentemente, a veces por pura diversión. Si no, mira este breve cortometraje.
- Pero también tiene un sentido alegórico. A menudo son usados como metáfora del ser humano, lo que da una idea clara de la visión pesimista que Svankmajer tiene de nosotros: carne, somos trozos de carne abocadas a la podredumbre.
Ya lo dije en otra publicación tuya sobre este artista, su obra es imprescindible e irrepetible! Me fascina.
ResponderEliminarTiene todo lo bueno que le pido a un autor: implicación, seriedad, artesanía, sarcasmo...
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