domingo, 28 de diciembre de 2014

Ser hijo de no es un handicap

Sam Rockwell, más solo que la (l)una
Creo que llego tarde al debate sobre la película Moon (2009), primer largometraje del director británico Duncan Jones. y que ocasionó cierto revuelo en las discusiones cinéfilas del momento. Que sí, Jones también es conocido por ser hijo de David Bowie

Sin embargo, la película que tenemos entre manos parte de una idea bastante original a pesar de los obvios guiños a clásicos del pasado, se desarrolla con solvencia prometedora en un director novel, y para colmo de bienes, no es un derroche de efectos especiales a pesar de tratarse de una película de ciencia-ficción. Así que ser "hijo de" no es en este caso un handicap, más bien una anécdota. 

Parece ser, además que no es tanta ficción como ciencia, pues nos sitúa en un futuro no demasiado lejano en la que una empresa líder en el sector energético realiza prospecciones de helio-3, un isótopo no radiactivo que produce una gran energía y que podría sustituir el empleo de petróleo, por ejemplo. Este dato es real, y al parecer la NASA está realizando proyectos para desarrollar la tecnología necesaria que permita su extracción de la superficie lunar, que es rica en helio-3. En general, este isótopo abunda en el universo aunque no en la Tierra. Si queréis saber más sobre el tema, aquí os dejo un enlace.

Sobre esta base científica se construye Moon. En la cara oculta de nuestro satélite natural se encuentra la base donde trabaja Sam Bell (un espectacular Sam Rockwell), encargado de monitorizar las excavadoras que tiene a su cargo, y de recoger la carga cuando el contenedor de alguna de ellas está lleno. Entonces lo envía a través de una lanzadera espacial a la Tierra. Este trabajo le deja muchas horas libres, que a lo largo de los tres años que dura el contrato, se vuelven casi eternas. Sam Bell no dispone de más compañía que un robot, GERTY, programado para ayudarle en su rutina. Ni siquiera dispone de conexión con la Tierra, pues el satélite encargado de las comunicaciones lleva estropeado desde hace tiempo y repararlo no es, al parecer, prioridad de la compañía. Bell combatirá la soledad haciendo ejercicio físico para evitar la atrofia muscular, construir una maqueta del pueblo donde vivía, cuidar unas plantas que sobreviven a duras penas, ver la televisión (no en directo, sólo programas grabados), y también grabados, los mensajes de su esposa y su hija que llegan de vez en cuando a través de Júpiter.

La película nos sitúa en el momento en el que el contrato está a punto de acabar. En dos semanas Sam Bell volverá a la Tierra. De este tiempo, mejor no revelo nada, pues para eso está al película, que invito a ver encarecidamente.





En: Cine

4 comentarios :

  1. Ostras Enrique. Muy interesante. Casi un náufrago en medio del espacio, de la nada. Esa soledad debe volverte medio loco. Me enacntará verla, sobre todo porqué me dejas con la curiosidad de saber que pasa en dos semanas.
    Y no me voy, sin desearte un muy Feliz Año 2015. Un besazo

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  2. Le tengo muchas ganas.

    Intenté verla un día y me equivoqué porque aquella tarde tenía un sueño horroroso, y me quedé frito a los dos minutos de empezar, y entonces, un día por otro, ya no me la he puesto nunca. A ver si me acuerdo, y estas navidades cae.

    Un saludo.

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  3. Su verdadero handicap no fue su apellido, sino debutar con tanto nivel. Su segundo largometraje, aquél del tren, fue un bluff de manual.

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    1. Eso me han dicho. Lástima, otro que se nos pierde en la vorágine...

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