Dejé en la recámara, tras mi última entrega de vanidades, las que muestro a continuación. Sin duda, menos jaraneras que aquéllas. Se trata de revisiones del género, relativamente recientes, que muestran una vez y otra, el esqueleto. El hueso que postergará nuestra existencia más allá de la carne, tenida ésta siempre por nuestra parte mortal, pero que ni siquiera con su dureza, logrará acariciar el sueño de la inmortalidad que toda vanitas muestra como superfluo.
El artista californiano Gage Opdenbrouw compone toda una serie de rostros descarnados (cuando no sin rostro), a la que titula "Día de los muertos". Dicho título nos remite a las celebraciones prehispánicas que se celebran en México, resultando el siguiente cuadro una combinación de las dos tradiciones: la del rito mesoamericano de la muerte (y todos sus complejos ritos que mezclan veneración, espanto o burla) y la del bodegón europeo que aleccionaba acerca de la vanidad de nuestros mundanos anhelos.
Vanitas, 2006 |
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El ilustrador y pintor madrileño Fernando Vicente Sánchez (n. 1963) dedica toda una serie de pinturas a las vanitas. Os traigo esta muestra, e invito a conocer el resto de vanidades en su blog. Como si de una sesión de rayos X se tratara, Fernando Vicente destruye la belleza del rostro simplemente "destapando" la realidad del cuerpo humano: un amasijo (recordaréis la canción) hecho de cuerdas y tendones, un revoltijo de carne con madera...
Vanitas - Corazonada, 2008 |
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Más respetuosos con la tradición son las vanidades de Adèle Wagstaff y Eduardo Alvarado, con las que cierro esta entrada. La pincelada suelta de Adèle, con predominio de tonos grises y apagados, en el que destaca ese fruto (¿un albaricoque?), detalle que me ha recordado mucho a Cezanne.
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El pintor burgalés Eduardo Alvarado también ha mostrado cierta atracción por el hueso en sus lienzos, composiciones minimalistas de pequeñas dimensiones con obsesiones monocromáticas y primitivistas. Hay algo zen en sus pinturas, una invitación a ver el objeto más allá del objeto.
En: Arte
Me encantan Enrique y gracias a vos las descubrí ! Cariños
ResponderEliminarHay un género de escultura en que se muestra un rostro la mitad normal y la otra mitad en los huesos mostrando la calavera, en el Hunterian Museum tienen unas cuantas muestras, a eso me recuerdan los primeros cuadros, muy bonito el de Gape Opdenbrouw.
ResponderEliminarEn cuanto a Adèle Wagstaff ¿No te recuerda a Ewan Uglow? esa revisión de Cezanne pero con un toque minimal...Si la vanidad puede ser bella esta últimas vanidades lo son y mucho. Gracias