La figura de Giorgione es una de las más enigmáticas de la historia del arte, e incluso hubo épocas en que se dudó de su existencia. Pero existió y, como hiciera Leonardo en la Toscana unos años antes, revolucionó el arte veneciano dándole una perspectiva moderna.
En su época de madurez pintó una obra maestra absoluta, la Venus dormida, en la que podemos apreciar claramente los grandes logros del artista veneciano.
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Venere dormiente, también conocida como Venus de Dresde (ca. 1510) |
Atribuido a Tiziano durante mucho tiempo (que efectivamente terminó partes del cuadro poco relevantes), esta obra es considerada por muchos críticos como la primera obra moderna. Son muchos los argumentos.
- Empleo del lienzo, en vez de la tradicional tabla. El nuevo soporte permitía nuevas texturas, además de su facilidad de transporte y manejo.
- Posee una riqueza cromática inusual. La expresividad está sometida a una mayor gama de colores.
- La importancia del paisaje. La influencia de Leonardo se deja ver aquí, venciendo las perspectivas lineales del Quattrocento con elementos atmosféricos y, por lo tanto, reales. La figura es parte de un contexto ambiental, donde el fondo, la diosa, y las telas sobre las que está reclinada poseen idéntica importancia.
- Su intencionalidad es también moderna, en el sentido de que Giorgione busca una belleza pura y sensual, no sometida a una teleología enaltecedora de la devoción (en el caso de sus obras religiosas) o del significado alegórico de los virtuosos. Toda una lección de modernidad, anticipándose al concepto de Art pour l'Art. Podríamos suscribir las palabras que E. Zola le dedicó a Manet en un artículo escrito en 1866: "Los pintores [...] no comparten la obsesión de las masas por el tema: para ellos, el tema es solo un pretexto para pintar, mientras que para las masas solo existe el tema". Lo podría haber firmado tres siglos antes.
- Por último, la novedad que supuso ver un desnudo al aire libre. Plantea además, de manera sutil, el atractivo sexual de la diosa, que descubre sensualmente la axila (completamente depilada, eso sí) mientras oculta de forma pudorosa con la mano la zona púbica.
La influencia de la obra de
Giorgione se deja ver en otras tantas Venus reclinadas que pasan por
Tiziano,
Velázquez,
Goya,
Manet. En la galería que os presento a continuación me limitaré únicamente a las durmientes. Empezaré por un par de copias, que se conservan en la Dulwich Gallery (en la región de Londres) y en el Fitzwilliam Museum (en Cambridge), respectivamente. En sus respectivas páginas web aún se refieren a estas obras como copias de
Tiziano ("after Titian"), obviando la reconocida autoría de
Giorgione. Además, aparece en una de ellas un Cupido (elemento que, efectivamente, estaba en el lienzo del pintor veneciano pero que se eliminó en su última restauración, ya que se trataba de un elemento añadido con posterioridad). La intención del Cupido, como podemos observar, resulta además bastante explícita. Esta primera copia, además, se puede encontrar en el
Google Art Project y en la
Wikipedia atribuida a
Tiziano erróneamente.
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Venus dormida (copia barroca "after Titian", siglo XVI) |
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Venus dormida ("after Titian", ca. 1760) |
Por último, una selección de obras que han tenido la Venus de Dresde como principal fuente de inspiración. Como podremos ver, fue un tema recurrente durante el Renacimiento y el Barroco, pero que nunca ha perdido vigencia, incluso en nuestros días. En el caso de Poussin, introduce también un par de pastores, que desde la sombra, espían a la diosa. La desnudez queda mancillada por vez primera. Su voyeurismo rompe la pureza de la escena.
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Venus dormida (Girolamo da Treviso, ca.1523) |
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Venus dormida con Cupido (Paris Bordone, ca. 1540) |
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Venus dormida (Annibale Carracci, ca. 1602) |
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Venus dormida (Artemisia Gentileschi, ca. 1625-30) |
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Vénus dormant avec l'Amour o Vénus épiée par des bergers (Nicolas Poussin, ca. 1627-1628) |
El siguiente cuadro de John Hoppner no es exactamente una Venus. Su título reza "una ninfa", pero la inspiración es claramente la Venus de Giorgione o cualquiera de sus evoluciones, y me resultaba injusto no incluirla en esta galería. El desnudo de esta ninfa al principio era integral, pero Sir John Leicester, que encargó la obra al pintor inglés, le sugirió dejar "algo a la imaginación".
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Sleeping Nymph and Cupid (John Hoppner, 1806) |
Cabe citar también aquí la Venus de Alexandre Cabanel, pero, por seguir el orden de las cosas, sería mejor referirla como una representación de Venus Anadiómena ("surgida del mar"), a la que me referiré más adelante. Sí cabe traer aquí las Venus de Paul Delvaux, ya en un plano onírico. Como su antecedente veneciano, el "paisaje" cobra aquí toda su importancia. El sueño no idealiza la belleza, sino que sublima frustraciones, traumas, deseos, miedos.
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Venus dormida (Paul Delvaux, 1943) |
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La Venus Endormie (Paul Delvaux, 1944) |
Para terminar, algunas propuestas actuales, de la mano de dos pintoras. En cierto sentido, son un ejemplo de la doble tendencia actual: sumergir a la diosa en un mundo de fantasía, ajena al quejido humano; o entronizarla en una realidad sucia y deslavazada donde placas base, cables o discos duros, conforman el lecho de su sueño, del que finalmente despierta.
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Venus dormida (Alice Mason, 2009) |
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Venus dormida (Patricia Watwood, 2011) |
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Venus se despierta (Patricia Watwood, 2011) |
En:
Arte
Wow que cantidad de Venus hay por los museos....
ResponderEliminarEstas son las que duermen (y sólo las que yo conozco, que habrá mil más). Si les añadimos las que están despiertas...
EliminarCon razón te llevo tiempo...detalladísima. Me encantaron todas las Venus...¡Hermosas!!!
ResponderEliminarSiendo diosas de la belleza, no podían dejar de serlo, ¿no?
EliminarSaludos, Mirta. Me alegro que te hayan gustado.
Realmente un tema recurrente! Mi preferida : "Venere dormiente o Venus de Dresde. Creo que no pudieron igualar esta obra. Un abrazo
ResponderEliminarEs inigualable, al menos en los términos de belleza a los que se refieren los dogmas clásicos. Por eso resulta interesante que las versiones no copien el original si no es para buscar nuevas categorías estéticas.
EliminarCaray!!... la primera me recordó a otras dos que ya expusiste y de cuyo nombre -soy malísimo con eso de los nombres- no recuerdo. En ellas aparecían también una duermiente en la misma postura y al fondo creo que aparecían ángeles o figuras místicas... ahora no lo recuerdo con claridad...
ResponderEliminarPero impresionante colección de venus que dejas en esta entrada.
Si me dejas la referencia puesta volveré a visionar la venus cuyo nombre del autor no recuerdo...
Saludos!!
Me imagino que te referirás a las venus de Botticelli y de Piero di Cosimo. Aquí el enlace.
EliminarEfectivamente eran esos dos cuadros. He aprovechado para entrar en el enlace que tienes allí y masunearte los durmientes del Album de fotos.
EliminarInsuperable y disfrutado, saludos!!
Gracias, Sonia.
Eliminar¡Qué bonita la Venus de Giogione! Tan estilizada, con esa paz en sus facciones que es casi seriedad, esa composición tan armónica con el fondo, que en este caso es mucho más que fondo, que por primera vez incluye a su protagonista, qué bonito es lo poco que tenemos de Giorgiones, pienso en la tempestad, en el concierto sobre la hierba, quién sabe lo que hubiese podido hacer de no habérselo llevato tan joven la peste..
ResponderEliminarEnhorabuena por esta entrada tan bella. Un saludo, Enrique ;-)
Pues sí, todas obras magníficas. Y tan entrelazadas a las del genio que le sucedió, Tiziano, con el que tan a menudo se confunde.
EliminarSi que es verdad que la obra de Giorgione tiene un aire "Leonardesco" a primera vista si haberlo leído me había parecido. Me gustan todas, pero en especial la de Pouissin y la de Watwood.
ResponderEliminarun saludo.
A mí la de Poussin también me gusta mucho ;)
EliminarWow! Pensar que Giorgione empezó toda una cadena de Venus... Además que se la des-atribuyeron en un principio y no es tan famoso como Da Vinci... Su obra es excelente y tan sensible; pero mi favorita es ésta.
ResponderEliminarUn genio, efectivamente ;)
EliminarGracias por tu comentario.