La película de Alain Resnais combina imágenes de archivo (en blanco y negro), estáticas, y lentos travelling, en color, de un viaje a los campos de concentración nazis una década después del holocausto. Pero la película no se detiene en un pasado estático. No se detiene en un país. No pertenece a un lugar y a una fecha concretos. La barbarie no es ajena a nosotros, no dista en el tiempo y en el espacio de nuestras propias estructuras sociales. Sus reflexiones son presentes, en 1955, cuando se realizó la película, y lo es hoy... y lo será también mañana.
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La veré con calma! Ahora estoy de "mala malísima en mqB! jajajajajaja
ResponderEliminarno cuela, no, lo de mala malísima?
Un super abrazo gikaaaaaaaaa!!!!
No, no cuela, jaja.
EliminarMe ha gustado mucho verllo, no lo conocía, de Resnais sólo había visto "Hiroshima, mon amour". Es terrible darse cuenta de que los lugares donde esas cosas ocurrieron son iguales a cualesquiera otros, los hornos parecen hornos de panadero o de ladrillos, las duchas parecen duchas normales, los campos parecen a cualqier cuartel o campamento, y sin embargo...
ResponderEliminarUna reflexión muy interesante y bien construida. Gracias por compartirla
En algún momento del documental así lo expresa: edificios que podrían tratarse de cualquier fábrica, o algo así. Resnais es un director muy interesante. Te recomiendo la "surrealista" El año pasado en Marienbad.
EliminarSaludos ;)
Wow, estoy en el minuto 2 y ya estoy enganchado!. Genial el video...
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