Y volviendo al diablo... A nadie le es ajeno que el señor del averno es indiferente a la música.
La iglesia ya lo advirtió en la Edad Media. El tritono es el intervalo musical por el que el diablo asoma su cabeza. No es el objetivo de este blog abrumar al lector con explicaciones sobre este hecho, y el estudiante de música estará familiarizado con el término. Dejo únicamente la constancia histórica de su presencia, pues en la época medieval ese intervalo, de difícil entonación y que sonaba algo siniestro, se veía como marca irrefutable de su maligna presencia.
Mayor será su impronta siglos más tarde. Tomará el violín, su instrumento por excelencia, y se le aparecerá en sueños a Giuseppe Tartini (1692-1770). Nos lo cuenta él mismo:
“Una noche, en 1713, soñé que había hecho un pacto con el Diablo y estaba a mis órdenes. Todo me salía maravillosamente bien; todos mis deseos eran anticipados y satisfechos con creces por mi nuevo sirviente. Ocurrió que, en un momento dado, le di mi violín y lo desafié a que tocara para mí alguna pieza romántica. Mi asombro fue enorme cuando lo escuché tocar, con gran bravura e inteligencia, una sonata tan singular y romántica como nunca antes había oído. Tal fue mi maravilla, éxtasis y deleite que quedé pasmado y una violenta emoción me despertó. Inmediatamente tomé mi violín deseando recordar al menos una parte de lo que recién había escuchado, pero fue en vano. La sonata que compuse entonces es, por lejos, la mejor que jamás he escrito y aún la llamo "La sonata del Diablo", pero resultó tan inferior a lo que había oído en el sueño que me hubiera gustado romper mi violín en pedazos y abandonar la música para siempre....”1
Al menos, así se lo contó al astrónomo J. Lalande durante los viajes de éste a Italia. El resultado es una obra para violín solo y bajo continuo, que requiere una gran pericia técnica incluso en la actualidad. Se trata de la Sonata para violín en sol menor, conocida como El trino del diablo, que compuso en Asís durante su estancia en un monasterio.
Tartini's Dream (James Marshall, 1868) |
1 Voyage d'un français en Italie (1769), de Joseph Lalande.
CATEGORÍAS: Música, Arte
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Enrique!!! que genial tu post!! Como siempre. El acorde maldito tiene su historia!!
ResponderEliminarNuestro actual sistema tonal no lo apreciará, pero en el Medioevo la cosa era distinta.
EliminarSaludos :)
Hola Enrique, muy bueno el post y el vídeo. Te envió un gran saludo.
ResponderEliminarGracias, Mirta, siempre tan amable :)
EliminarCuriosa historia la de Giuseppe Tartini...
ResponderEliminarDigamos que le echó mucha imaginación, jaja.
EliminarSaludos, Carlos. Me alegro que hayas sacado tiempo para visitarme. Sé que tienes la agenda muy apretada, así que te lo agradezco doblemente.
Me admira como ilustras y acompañas tus entradas.
ResponderEliminarExcelente post!!
Muchas gracias. No sé qué decir, me dejaste sin palabras ;)
EliminarLo de soñar con el diablo justo cuando te alojas en un convento parece de lo más apropiado; es una historia extraordinaria, gracias por la información. Había oido el nombre de la sonata, pero no tenía ni idea de que iba asociada a esta historia. Y la música muy bonita, y en una interpretación de lujo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, José Miguel. La disfruté como un enano escuchándola de fondo mientras escribía su historia.
EliminarDe los tres me ha gustado más el tercer vídeo, pero me han llegado todos. Los comparto. Saludos!!
ResponderEliminarCreo que es el más complejo y, posiblemente, el más "inspirado".
EliminarSaludos, Sonia.