martes, 11 de diciembre de 2012

De rerum natura

Admiro a las personas del Renacimiento. Especialmente, su falta de especialización, su curiosidad por todo. Quizás admiro el tiempo aquel que daba crédito a hombres como Leonardo, como Dante, como Erasmo, como Paracelso.

Me detendré en este último. Sabemos que la medicina tiene varios padres, del que el más clásico es sin duda Hipócrates. Pero no es el único. Paracelso comparte esa paternidad, especialmente en lo relativo a la cirugía y a los remedios homeopáticos. Y súmale sus estudios sobre minerales para combatir la enfermedad, sus motivaciones astrológicas y sus "descubrimientos" alquímicos. Vamos, todo un hombre del Renacimiento. De sus aportaciones, me quedo con estas dos:
  • Basándose en la concepción de Empédocles de las raíces del mundo (que Aristóteles luego denominó elementos), Paracelso atribuyó a cada uno de estos elementos una criatura primigenia, existente antes del mundo. Tierra, agua, aire y fuego eran propiedad de gnomos, nereidas, silfos y salamandras. Y es que está claro, nadie mejor que los gnomos para administrar la tierra. Y qué decir de las nereidas, esas ninfas del agua -no confundir con las engreídas sirenas, puaj-. El aire es de los silfos, por más que las iberdrolas se empeñen en reclamar su explotación. Y, lógicamente, el fuego es de las salamandras mitológicas -los bomberos de Fahrenheit 451 la llevaban como emblema-.
  • El segundo es la creación del homúnculo. Éste era una criatura diminuta, creada por el hombre a su imagen y semejanza. Es la creación del hombre cuando el hombre juega a ser dios. Lo que pasa es que, una vez creada y sometida a desempeñar ciertas tareas -de índole administrativa, principalmente-, los homúnculos se rebelaban y huían de su creador. Me puedo imaginar los siglos XV y XVI llenos de homúnculos renegados porque, ¿quién no se vería tentado de crear uno? Parece algo difícil pero, gracias a Paracelso, la cosa no lo es tanto.


Cómo crear un homúnculo

Ingredientes
Una cantidad razonable de esperma
Estiércol de caballo
Sangre humana secreta

Preparación
Se mezcla el esperma con el estiércol en un alambique, y se macera durante cuarenta días. Al cabo de ese tiempo, habremos obtenido un homúnculo, aunque transparente e insustancial. Hará falta alimentarlo durante cuarenta semanas con sangre humana secreta -disponible sólo en tiendas alquímicas especializadas-, manteniéndolo a la temperatura del vientre de un caballo. Al cabo de ese tiempo, se obtendrá un ser idéntico al humano, aunque de reducidas dimensiones -no superior a treinta centímetros-.

Comentarios

Arnaldo de Villanueva wrote... Me acojoné. Probé la receta, pero cuando vi el embrión formándose en el alambique pensé que Dios estaría obligado ahora a darle un alma racional a la criatura. No sé, pensé que iba a ser pecado y todo eso.

Anónimo wrote... Gracias por la receta. Yo, la verdad, siempre he utilizado la receta tradicional. Espero a que los ahorcados, en sus últimas convulsiones antes de morir, eyaculen. Espero para recoger la mandrágora que nace de esta eyaculación antes del amanecer del viernes, limpio la planta y la y alimento con leche y miel. Mi abuela suele darle también sangre, dice que así nacen más sanos y fuertes.

David Christianus wrote... No sé por qué hay que esperar tanto. En mi casa siempre hemos preparado los homúnculos a partir del huevo de una gallina negra. Le abres un pequeño agujero y sustituyes un poco de la clara por esperma. Vuelves a sellar el huevo con pergamino virgen y lo entierras en estiércol el primer día del ciclo lunar de marzo. Y en sólo treinta días ya tienes listo el homúnculo. Así se lo explico yo a mis alumnos de la universidad, y hasta ahora no he recibido quejas.

François de Plantade wrote... ¡Increíble! ¡Qué lástima que siendo tan pequeñito no le pueda ver los genitales!

Goethe wrote... Gracias por la entrada. Me has dado una idea para una obra de teatro.

Paracelso wrote... Gracias por vuestros comentarios.
@ Arnaldo de Villanueva, no temas por Dios. Los homúnculos no tienen alma.
@ Anónimo, la receta de la mandrágora también es buena, pero hay que madrugar mucho para recoger la planta y a mí me da pereza, la verdad.
@ David Christianus, eso no te lo crees ni tú, treinta días, jaja.
@ François de Plantade, eso depende de la cantidad de esperma. Te aconsejo que le eches un buen chorreón. Ya me contarás.
@ Goethe, me alegra que te haya servido de ayuda. ¿Cómo se llamará la obra?

En: Textos

4 comentarios :

  1. Yo soy el homúnculo mejorado de mis padres...jajaja, pero a estas alturas ¿qué consideración tendría clonar, por ejemplo?.... si en el Renacimiento eran curiosos, ahora también, pero con más conocimientos....en 5 siglos no sé qué consideración tendremos...Un saludo!!

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    1. Dentro de 5 siglos, tal vez los clones empiecen a engendrar "originales".

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  2. Yo casi preferia lo de la cigüeña ... Mas " higienico" quizas?

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    1. Hombre, puestos a preferir, casi que "lo otro", ¿no? Jajaja

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