La Jetée (El muelle, 1962) es una película (mediometraje) que rompe con muchas de las normas preconcebidas de lo que se supone que es (o debe ser) el cine. Película de culto, cine experimental, obra maestra, poesía visual... son calificaciones que contrarrestan con las feroces críticas que ven en ella un subproducto, un ejercicio onanista y pretencioso, pura anécdota surgida de una nouvelle vague trasnochada (o más bien, de la rive gauche)... o simplemente niegan que esto sea cine.
Ni que decir tiene que me posiciono entre quienes ven en ella una obra maestra. ¿Puro intelectualismo? ¿Gafapastismo? Aplíquesele el ismo que le venga en gana. Es una bella historia de amor, que usa la fotografía (¡y qué fotografías!) para crear un hilo argumental de ciencia-ficción. Y precisamente este montaje a partir de fotografías otorga, al único movimiento que hay en la cinta, una fuerza expresiva difícil de imaginar. Un parpadeo que roza la eternidad.
Como curiosidad, apuntar que 12 monos, la película de Gilliam, se inspiró en ella. Y aunque admito que la película interpretada por Bruce Willis me gusta, y que la influencia está clara, es obvio que Marker y Gilliam se mueven en universos bastante distantes. Por no decir contrapuestos.
Si no funciona la película, os dejo con un enlace alternativo.
En: Películas
Wooowww, excelente. Genial historia, Enrique la disfrute mucho. Es un ciclo perfecto. Muy bien narrada y ambientada. Gracias, gracias por compartirla. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarSólo puedo decirte, gracias, Enrique.
ResponderEliminarSigue tan genuino.
Nos alegraste la tarde, a mí y a Laurent.
Buena semana, saludos.
Es una de mis grandes pendientes, nunca encuentro el momento. Algo me dice que no me va a gustar... pero para opinar habrá que verla. A ver si algún día tengo el ánimo dispuesto...
ResponderEliminarSaludos.