Durante estos días se ha llevado a cabo la detención del presunto agresor de niñas de Ciudad Lineal, en Madrid.
Por fin he saldado la cuenta que tenía pendiente con Fernando Cortizo, director gallego de animación (por cierto, de muy buena quinta, la del 73). Antes de llegar a su premiada (y con razón) "O Apóstolo" (2012), había rodado un par de cortometrajes, del que os traigo el primero de ellos. La historia de un doctor que busca el elixir de la felicidad. Lo creerá encontrar en el sitio que alberga mayor cantidad de ella... en las muñecas.
Ya se adivinan aquí las inquietudes fílmicas de Cortizo: animación mediante la técnica del stop-motion, gusto por los ambientes lúgubres y claustrofóbicos, personajes solitarios y atormentados...
Ya se adivinan aquí las inquietudes fílmicas de Cortizo: animación mediante la técnica del stop-motion, gusto por los ambientes lúgubres y claustrofóbicos, personajes solitarios y atormentados...
En: Cortometrajes
Que historia, flor de remate ! Muy bueno el video ! Cariños
ResponderEliminarGracias, Ana, igualmente ;)
EliminarMe quedo con el "mal sabor de boca" de pensar que este tipo de dementes personajes, han existido, existen y por desgracia existirán.
ResponderEliminar(Me quedo como seguidora del blog.)
Saludos desde El Terrao.
Sí, deja un mal sabor de alma.
EliminarGracias, urbanita ;)
No, el corto no deja claro (creo que ahí radica el hallazgo de Cortizo) lo que el doctor Hermes (por quien sientes pena, además) hacía con las niñas. Al estar contado desde el punto de vista del doctor, no somos conscientes de la realidad hasta el final.
ResponderEliminarEn cuanto a las reflexiones posteriores, sí, muy polémicas. Se trata de indagar sobre quiénes somos y el espanto que nos produce conocer al más primitivo de nuestro ser.
Saludos ;)
Si te hace falta algún enlace para verlo, no dudes en pedírmelo ;)
ResponderEliminarMuy provocador y realista, a la vez. Genera la polémica, sin duda... Me ha parecido muy bien realizado y la idea desde luego es más que simbólica...Me quedo con el mal sabor de saber, como ya apuntara Kundera, que el hombre si se mirara y se indagara por dentro, se espantaría de él; aunque esa levedad, siempre creemos que está en otros. En verdad, quizá lo difícil está, en conocerse uno mismo. La perversidad, de una forma u otra, la tenemos a flor de piel, todos... Lo curioso es que ¿no sabemos ser felices sin dañar a otros? . También se podría haber titulado "El coste de la felicidad". Un tema que me genera muchísimas preguntas.
ResponderEliminarMuy buen corto, consigue creo, lo que pretendía.
Saludos!
Pues sí, lamentable espejo éste en el que viendo lo esperpéntico y cruel y desalentador que nos parece la raza humana nos cuesta ver que somos también esperpénticos, crueles y desalentadores individuos de la especie...
EliminarHola Enrique, qué bueno que menciones O apostolo, porque llevo tiempo intentando que caiga en mis garras. Gracias por el aperitivo
ResponderEliminarUn amigo mío precisamente fue productor (a pequeña escala) de la película. Lástima que en España se babeara tanto por Tadeo Jones que, sin ánimo de ofender, es "otra más de lo mismo".
EliminarVaya, pues no me había enterado ;) Gracias por el aviso, Ángela.
ResponderEliminarLa palabra que lo definía hasta el final era "triste", pero luego acaba dando mal rollo. E incluso llega a poner mal cuerpo cuando se descubre la verdad de ese desalmado.
ResponderEliminarMe ha parecido muy bueno y bien llevado a cabo, pero no me ha gustado. Me ha dejado una sensación de desasosiego grande.
Un saludo.