Cuestión de retomar el pulso de este blog. Para empezar, una breve descripción de este escarceo por tierras galas. Os cuento.
He visitado Francia durante cinco años consecutivos. Años en los que, junto a mi mujer, hemos aprovechado para conocer en profundidad el país galo. Desde la Provenza y los Alpes hasta Picardía, pasando por la Borgoña, el Franco Condado, la región del Loira, Champaña y Ardenas, Normandía... y por supuesto París. El suceso que nos motivó a dejar de visitar el país vecino hace ya siete años fue el nacimiento de nuestros dos hijos. Ahora que ya cuentan con cinco y tres años nos hemos atrevido a volver aunque, sinceramente, quizá nos hayamos precipitado. Pero bueno, esto es lo que conlleva viajar con niños. Hay quien lo lleva bien y hace de ello su modus vivendi.
A pesar de ello, hemos disfrutado bastante, y me gustaría reseñar aquí lo transitado. No como una bitácora de viajes (no es mi propósito, y no me siento a gusto haciéndolo). Me gusta viajar, pero me aburre muchísimo contar con detalle mis viajes. Me serviré de este periplo más bien como una guía para explayarme sobre otros asuntos. Al fin y al cabo, hemos pasado seis días en Normandía, tierra de impresionistas, así que ya sabréis por dónde van los tiros.
Así, muy por encima: de París poco puedo añadir. Muchos ya la conoceréis. Nos quedamos en casa de una amiga en el distrito XV. Nos llovió como nunca, especialmente el día que llevamos a los niños a Eurodisney. Y en la ciudad, lo típico. Los niños marcaban la pauta: un día al zoo, otro al acuario, una breve incursión en el Louvre, algún parque agradable, el metro y las calles de París.
En medio de todo eso, una escapada a la Seine-Maritime, departamento francés de la Alta Normandía. Nos alojamos en una hermosa granja del siglo XVI restaurada como casa de huéspedes. A escasos minutos de una localidad llamada Ambrumesnil, desde nos podíamos desplazar con comodidad a la playa (la de Quiberville es la más conocida de la zona) y a otros lugares con mucho encanto. Los lugares más turísticos de la zona eran Honfleur y Étretat.
Claro. Hicimos fotos (como ésta de aquí arriba, el lugar donde nos hospedamos), pero creo que es más interesante poner las pinturas. Monet, Sisley, Pissarro y Boudin (cuyo museo en Honfleur visitamos). Y la música de Satie, claro. La guía ya está pergeñada. Ahora faltan las entradas. Pero es verano, comprendedlo.
En: Música
Un gran placer poder volver a leerte Enrique.
ResponderEliminarTu viaje luce como muy interesante, según lo que relatas.
Puedo imaginar tu "recorrido" pot el Louvre con tus dos pequeños, lamento informarte que suelen empeorar con la edad, jajaja. Pero con suerte crecen y se marchan...
De nuevo te reitero mi gusto por el reencuentro y te envió un abrazo.
Re-bienvenido. Y menuda envidia!! En Francia sólo he estado de paso algunas horas y mira que está cerca (relativamente hablando). Tengo ese viaje pendiente.
ResponderEliminarUn saludo.
Pd. Qué bonita foto, dan ganas de quedarse ahí a vivir.
A mi tampoco me gusta dar detalles de mis viajes, prefiero extraer otras apreciaciones de ellos y dejarlos en el blog a la espera de darles salida.
ResponderEliminarYa irás exponiendo, saludos!!