La ciencia-ficción suele ser vehículo, en muchas ocasiones, de pensamientos obsesivos del hombre. El viaje en el tiempo, la posibilidad de mundos paralelos (e infinitos), la inmortalidad del cuerpo, la conquista del espacio, lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande.
Personalmente, es un género que me encanta, si bien es cierto que hay mucho que desechar. Hoy voy a hablar de un par de películas que he visto estos días. Ambas tienen en común su bajo presupuesto, lo que demuestra una vez más que la falta de recursos económicos no es menoscabo para el desarrollo de las ideas. Ambas películas pueden ser consideradas de culto, y han cautivado a un montón de espectadores.
Empiezo por Primer (2004), película de Shane Carruth (que además escribió el guión, produjo la película, hizo el montaje, compuso la música, y protagonizó uno de los personajes). Un grupo de ingenieros trabaja en un artefacto que aligeraría el peso de cualquier objeto. Y, como suele ocurrir, descubren que su aplicación puede ser otra muy distinta que la que planeaban en un principio. Básicamente, relata la posibilidad de viajes en el tiempo y la consecuente generación de "dobles" que esto produciría. La película es arriesgada, exige gran concentración del espectador, y conduce a interesantes conclusiones. Lo cual, dicho así, da la sensación de que me ha gustado. Y la verdad es que no. Utiliza un lenguaje extremadamente técnico, que para el oyente lego puede resultar farragoso, con el propósito de darle "autenticidad" a la máquina. Los diálogos no tienen trascendencia ninguna, y colapsan al espectador. Una película, dicen, que para entenderla, hay que verla dos veces. Pues no, lo siento, no me lo creo.
Pero vamos, lo mejor es verla para opinar...
Pero vamos, lo mejor es verla para opinar...
The man from Earth (2007) es todo lo contrario. Está sustentada sobre el diálogo, aunque en este caso, de enorme peso intelectual. No pienso extenderme mucho sobre la película, y tanto en Cine para gourmets como en Charly Hell hacen críticas muy buenas con las que coincido plenamente. La historia trata de un profesor de universidad, John Oldman, que ha decidido repentinamente dejar el trabajo y mudarse. Sus colegas, a los que ha invitado a una velada de despedida, no entienden el porqué de su decisión, e incluso se la reprochan. Se sienten defraudados por haberles mostrado cariño durante estos diez años y no recibir a cambio ni siquiera una explicación. La película es eso: la explicación.
¿cuantas veces lo más grande ha salido de lo más pequeño? De bajos presupuestos, de pocas ayudas o quizás ninguna, para acabar siendo auténticas obras maestras del arte que sea?
ResponderEliminartiene muchísimo más valor lo hecho por qué se cree en ello y con pocos medios que lo realizado con millones de euros o dolares! SIEMPRE!!!
cuando se hacen las cosas con el alma, brillan siempre, superando todo tipo de obstáculos!
Cuando tenga un poco de tiempo veré The man of the earth y buscaré la otra!
Un abrazo "inocente" siempre!
Bueno, mi intención no era llegar a defender el bajo presupuesto como condición de calidad (que no lo es), pero sí que los bajos presupuestos no son inconveniente para hacer obras de gran calidad artística.
EliminarPrimer la vi hace años, y aunque me pareció novedosa, no deja de ser una tremendo jaleo cuando comienzan a hablar con tecnicismos, por lo que al final la novedad pierde el pulso frente al tostonazo. The man from Earth me la apunto.
ResponderEliminarUn saludo!!!
Estamos de acuerdo con Primer. Peca de aburrimiento, y no por lo compleja, sino por lo liosa (que no es lo mismo).
EliminarEstoy con Rosa.... y no he tenido el placer de ver ninguna de esas dos pelis, es mas, llevo un par de años sin casi ir al cine, las que veo son las que ponen por la TV... Feliz año 2014 !!!
ResponderEliminar¿El cine? ¿Y eso qué es? Hasta que los nanos no se hagan un poco más mayores, ya te podrás imaginar el tipo de películas que veo yo en el cine, ¿no?
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