La portada del ABC de aquel 19 de marzo del 63 rezaba así:
Sólo unas horas de arrogancia le quedan a este "Nuevo caballo de Troya", que exhibe su soberbia alzada, su estilizado porte, en la plaza del Caudillo, ya que esta noche será pasto de las llamas, lo mismo que las demás fallas distribuidas a lo largo y ancho de la capital levantina. Ha sido compuesta por el artista D. Ricardo Rubert y está fuera de concurso.
La idea de un caballo de Troya en la plaza del Caudillo (hoy de la Constitución) no deja de ser interesante. Claro está que allí dentro no había aqueos de broncíneas lorigas, hermosas grebas y corazas de bronce.
La intención del autor, Ricardo Rubert (1923-2001), era al parecer bien distinta: satirizar sobre la invasión que sufría España, en pleno auge económico, de ciertas costumbres extranjeras, que amenazaban con reemplazar "lo español": Poca-Cola [sic] en lugar de horchata de chufa, gelati italiani en vez de helados, etc. Más allá de la chanza, la idea de que el capitalismo extranjero se había inmiscuido en nuestra alma de pueblo para crear adeptos. Y, en lo meramente artístico, el fallido intento de introducir el vanguardismo en algo tan tradicional como son las fallas.
No obstante, aquello no dejaba de ser un caballo de Troya, y el lugar no dejaba de ser la plaza del Caudillo. Y si...
Muy buena idea. Creativa y mordaz.
ResponderEliminarCreo que se sirvió de un españolismo especular (y si había que reivindicar la horchata de chufa, pues también bien), pero las interpretaciones siempre pueden ir un poco más allá. Nos incitan a fantasear con la Historia...
EliminarGracias por tu comentario, Mirta Ester.