Tal vez no tenga sentido empezar el año así, con una canción al ocaso, a la serenidad, a la muerte. Yo creo que sí.
Se trata de Im Abendrot, el cuarto de los poemas que inspiraron las Cuatro últimas canciones, de Richard Strauss. La interpretación corre a cargo de la Filarmónica de Londres, dirigida por Christoph Eschenbach. Este director, curiosamente, quedó impresionado por Furtwängler, que estrenó esta obra en el año 50. Sin embargo, aprendió el oficio con su eterno rival, Herbert von Karajan.
Ahora explico por qué empiezo por la muerte. Es obvio que la muerte es parte sustancial de la vida, es su destino, su final y, por lo tanto, su justificación y su razón de ser. Pero yo no he empezado por la muerte sin más. He empezado por una forma de entender la muerte. La muerte es el final de la vida, sí, pero también comprende toda la vida y todo su mensaje.
Ja ja pues si que empiezas el aňo relajado, el tema lo es esta música ya son palabras mayores para mí es verdad existe la muerte pq existe la vida....aunque para algunos es el paso a otra dimensión
ResponderEliminarSoy mucho más escéptico, amigo Freddy. No me consuela pensar más allá, le resta mérito a lo que hagamos en esta vida, ¿no te parece?
EliminarQUE MARAVILLA,
ResponderEliminarA mí me lo parece, desde luego.
EliminarSaludos, Guillermo (porque viendo la hora que era, el chico estaría ya dormido, jeje).
Cada cual decide su manera de empezar el año! Pero si, curiosa forma!
ResponderEliminarUn abrazo!!!
gikaaaaaaa!!!1
Gracias por tu comentario, Rosa. Había que empezar haciendo poco ruido... ayuda a pensar.
EliminarSaludos :) Gikaaaaaaaa