Testigos poderosos del tiempo, las ruinas.
No deja de ser curioso que la conceptualización de las ruinas, tan ligada a la arquitectura y nacida de su vientre, se haya implantado en muchas otras áreas del conocimiento, como si no soportara el ajustado corsé al que la arquitectura las somete.
Son elementos hipnotizadores: contienen en la parte la totalidad de la estructura; nos hablan del lento roer del tiempo o de la brutal sacudida de una guerra, un desastre natural, la torpeza humana...; esconden la belleza del pasado sin renunciar a su propia belleza; son metáfora de los tiempos que corren y símbolo del pensamiento desmembrado de la actualidad, reducido al aforismo.
Ruinas del siglo XI de la Abadía Sainte-Marguerite, (Bouilland, Francia) |
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