El de Ícaro y Dédalo es un mito que ha dado mucho de sí. Es la solución a un laberinto inextricable. Es un acto de ingenio y todo un canto al predominio de la mente creadora y creativa. Es también un canto a la libertad. Es, asimismo, un acto de rebeldía (trágico o dramático).
Fotograma del cortometraje Ícaro, de Michel Ocelot |
Es un mito que, como a tantos, me encanta. Así que voy a dedicarle una entrada un poco más extensa de lo habitual (y desde ya pido perdón a los lectores que gustan de lo breve, entre los cuales me encuentro).
De todas sus variantes, la más conocida es la versión "alada": Dédalo, padre de Ícaro y constructor del famoso laberinto de Creta, ayudó a Ariadna (e indirectamente a Teseo) a desentrañar el camino que llevaría al héroe hasta el Minotauro y darle muerte. El rey Minos castigó a Dédalo y a su hijo, encerrándolos en el laberinto. Sin embargo, Dédalo construyó unas alas, que fijó con cera, para poder huir volando del sitio, advirtiendo a su hijo de que no volara demasiado alto y evitar así que el calor del Sol derritiera la cera. Ícaro, orgulloso, no atendió los consejos de su padre y se acercó demasiado al Sol. El imprudente se precipitó al mar, que pasó a tomar su nombre: mar de Icaria.
Os propongo tres cosas. Un recorrido virtual por una selección de obras de arte de diversas épocas, la interpretación del mito en la canción de los Iron Maiden y el visionado del cortometraje de M. Ocelot.
La banda británica de heavy metal se inspiró en el mito para el tema "Flight of Icarus", primer sencillo de su álbum Piece of Mind (1983). Según declaró el vocalista del grupo, Bruce Dicksinson, la letra quería ser una alegoría de la rebeldía adolescente frente a la autoridad de los adultos. En la carátula del single podemos ver que las alas de Ícaro no se derriten por su cercanía al sol, sino por la certera destreza de la proteica mascota con el lanzallamas.
Pienso que es una buena canción para acompañar la visita por la siguiente galería (¿por qué no?), con una selección de obras que pasan por el Barroco, el simbolismo, las vanguardias..., desde el cuadro atribuido a Brueghel el Viejo hasta Pierluigi Bruno. Un mito que nunca ha dejado de interesar a los artistas, cuyo ojo a veces se centraba en la caída, a veces en el sueño del vuelo, a veces en la relación paterno-filial y la natural rebeldía del joven.
Valga como adelanto, pues he dejado muchas obras sin incluir. Abro un álbum en Picasa para ir coleccionando "ícaros" y "dédalos" de este apasionante mito. Un álbum que poco a poco iré completando, junto a caballos de Troya, relojes de sol, vanidades o laberintos.
Por último, el cortometraje animado del director francés Michel Ocelot, que opera con la misma libertad que Ícaro al diseñar, para el intrépido volador, un final glorioso. Esta animación, que utiliza la técnica de animación con siluetas, conforma uno de los capítulos de la serie Ciné si (1989), aclamada por la crítica pero todo un fracaso comercial. Sin embargo, el éxito de Kirikú y la bruja (1998) hizo que volvieran a comercializarse, por fortuna y para disfrute de todos.
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Muy buen post, la verdad es que sí lo disfruté, yo como todos vamos siempre corriendo, pero me gusta leer menos post y dedicar el tiempo que dispongo para ello a buenas publicaciones. Esta tuya hoy me gustó mucho, ya ves, estoy por aquí y no hay forma de irme...Me gustó mucho que mencionaras lo de la canción "Fligh of Icarus", y desde luego, volví a darme un "atracón" de kiriku... ¡Qué buen trabajo el de Michel! Cierto. Muchas gracias por compartir, lo disfruté de veras.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias de nuevo, DM Clarisa, por tu visita y comentario. Me alegro que haya sido de tu agrado.
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