El tiempo, siempre el tiempo. Si sigo así, me veo pronto como Momo perseguida por hombres grises...
Así que hoy, un baturrillo. En tres movimientos.
1er movimiento. Allegro maestoso
La mañana |
El mediodía |
El anochecer |
Se trata de tres fotogramas consecutivos de la serie Érase una vez... El hombre (Cap. 5, Los primeros imperios), de la que extrajimos algunos hace poco. Aquí, el maestro le explica a Pierrot/Pedrito en qué consiste un reloj de sol.
2º Movimiento: andante espressivo
Uno de esos ángeles de los que ayer hablaba, y por el que sentía aprecio. La magnífica persona tras la que se ocultaba su simpático homúnculo de gafas oscuras falleció durante un viaje. Visito de vez en cuando su blog, ya cementerio. La última entrada, precisamente, fue escrita por su hijo para dar la noticia.
3er Movimiento: Rondó capriccioso
Y por último, un caballo de Troya, aún sin terminar, de Na Jordana. Homenaje a este otro, al que me refería hace poco. Agradezco a Carlos Javier, autor de Redes Sociales, y habitual lector de este blog, por trasladarme conocimiento de esta noticia.
Finalmente, el tiempo me ha sacado ventaja...
El tiempo, demasiado finito cuando lo necesitamos e infinito y lento cuando queremos que corra más rápido.
ResponderEliminarSaludos
Pues sí. Su cualidad subjetiva es dolorosa muchas veces.
EliminarGracias por tu visita, Rosa.
Del primer batiburrillo... muy entrañable. El tiempo, uno de mis temas favoritos.
ResponderEliminarDel segundo batiburrillo... espero que su huella deje un eco en el tiempo, aunque sea virtualmente.
Del tercer batiburrillo... no me ha quedado claro si esta realización artística es para las fallas de 2013. Un saludo.
Efectivamente, es para 2013. Habrá que ver cómo queda el caballo finalmente.
EliminarSaludos :)
Aquí podemos ver cómo quedó finalmente ;)
EliminarGracias Enrique, no tengo palabras, ahora eres tu el que me haces sonrojar.
ResponderEliminarJaja, había que devolverlo, ¿no te parece? La ley del Talión de los sonrojos.
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